domingo, 7 de abril de 2013

Bolaños y Aguilar.




Si no quiere bañarse, es que no quiere bañarse.

A veces con las imágenes, siempre tomadas de Internet, soy atrevido ¡Mis disculpas a quien le puedan molestar! (Si alguna de las imágenes infringe o vulnera la privacidad o los derechos de autor, ruego que os pongáis en contacto conmigo para retirarla inmediatamente). Lo que trato es de llamar la atención hacia el blog, por cualquier medio, bajo cualquier circunstancia. Imito a Dalí, que los escaparates de una joyería de las más importantes de Nueva York, los llenó de jamones, y alguna joya. Una manera de solicitaros vuestra parada, de procurar vuestra atención, y que con recurso tan discordante aprovechéis a ver los apellidos. Mi trabajo me cuesta hacerlos. Alguien, sin idea, señala que tendría que poner en un blog de apellidos, el blasón de la familia. Y reitero que es eso, de la familia, no del apellido, pues este no tiene escudo, PERO SI ORIGEN. 


Cuéntalo a tus amigos para que sepan donde pueden encontrar el origen de su apellido. Y aunque creas (o crea) que el que tiene/s solo es el s/tuyo y el de s/tu familia, solicítalo de igual manera en cualquiera de los “comentarios” de este blog. ¡Una aclaración! Los datos aquí expuestos, fidedignos, son una parte de las referencias que tengo y que, entre otras cosas, no les puedo facilitar donde se han obtenido, por formar parte del patrimonio de la librería EyP; siendo ellos los “sabedores” del valor de dicha información y a quienes, o donde,  se puede consultar sobre la misma. Otro dato importante se refiere a que la prodigalidad de apellidos no nos permite entrar en genealogías individuales. Quiere esto decir que “nunca”, “nunca” vamos a acometer el estudio profundo de la familia de un apellido (abuelos, bisabuelos, etc.), para ello hay otros expertos genealogistas. En la librería EyP si se harán precisos árboles genealógicos, escrupulosos escudos, perfectos dosieres  familiares (en imitación de papel pergamino), pero siempre con sus propios datos, o la información proporcionada por nosotros a partir de sus observaciones. Así y todo, me enorgullezco de saber “algo” de 302.100 apellidos hispanos y de decir aquí una pequeña parte, incluyendo aquellos apellidos considerados “raros” o de difícil localización.

Quiero que quede claro que yo trato de poner lo más estricto sobre el origen del apellido, cualquier apellido, y EyP son los expertos en estudiar el verdadero origen y significado del mismo. En un breve informe de un folio, bellamente ilustrado, describen su origen, y los lugares donde se encontró, personajes ilustres y quienes lo llevaron a lo largo de los tiempos, bien sean nobles o no, pues opinan que no todos cuantos lo utilizan pertenecen a la nobleza. En ese pequeño dossier se incluye un blasón utilizado por alguno de los miembros de ese apellido, aunque, insistimos, el escudo pertenece a una familia concreta y sus descendientes directos. Además, si en lo que estás interesado, es en una exposición más completa, ellos te la darán impresa sobre papel pergamino. Y lo mismo te facilitan un árbol genealógico o tu propio blasón, que también lo pueden crear, aunque posteriormente haya que pasarlo por el notario, al no existir Rey de Armas, para que de Fe del mismo, y nadie te lo pueda copiar. Insisto, son ellos y no yo. Lo que a mi si me atañe es que os haya podido AYUDAR y AGRADAR.





Bolaños
Derivado del de Rivadeneyra. De la provincia de Lugo. Para los diferentes autores es uno mismo el de Bolaño y Bolaños, pero nosotros trataremos de dar noticias de quienes tengan esta apellido en forma pluralizada.

Joan Corominas hace derivar el nombre del personal árabe (A)bul-l-annûz, que quiere decir el “padre del cabrero”, pero otros autores ven en el ‘bolaño’ la piedra esférica que servía para ser disparada por las bombardas o cañones pedreros. Otros prefieren decir que es un derivado de ‘bolayo’, que es la mielga o planta forrajera.
 
Fray Luis de Bolaños, fundador de Yuti,
una de las ciudades más tradicionales
de Paraguay.
Algunos de los castellanos han podido tomar el mismo de Bolaños de Campos, en Valladolid, o Bolaños de Calatrava, en Ciudad Real. Y precisamente en esas provincias han estado asentados durante mucho tiempo.

En Valladolid han tenido casa en la propia capital, y en Boecillo, Herrera de Duero, Laguna de Duero, Nava del Rey, Torrecilla de la Abadesa, Unión de Campos, Valdunquillo, Villalar de los Comuneros, Villavicencio de los Caballeros y Zaratán. En Ciudad Real se encontraron en Almadanejos, Gargantiel, Valdemanco y Villanueva de los Infantes.

Como emigrantes en “indias” han marchado a Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Méjico, Nicaragua, Paraguay, Puerto Rico. Además de Filipinas y  Estados Unidos.




Aguilar
Este apellido, según Julio de Atienza, en su "Nobiliario Español" tiene el mismo origen que el de Aguiar, ya que es tronco común de ambos el caballero mozárabe de Toledo Men Gómez Ibáñez, que floreció en el reinado de Alfonso VI, siendo padre del conde Gueda Bello, "el Viejo", del que descienden los Aguiar, y de Egas Gómez, de quien proceden los Aguilar.
San Antolín de Bedón, o iglesia refugio de
los caballos.

Hubo una casa en Asturias de la que dice el “Memorial de la casa de Rivero”, refiriéndose a la de Llanes y Nueva “es tan antigua que no hay memoria ni historias de cuando vinieron los de esta familia a residir a Aguilar, que se llama la tierra de Santantolín, en donde se halla su casa más antigua, la más inmediata a la iglesia de la Magdalena que según la tradición continuada fue parroquia antes de fundarse esta villa”.

Esta familia tenía sepultura propia en el monasterio de San Antolín de Bedón, en Llanes. (Maravilloso lugar cuya iglesia es hoy refugio de caballos y desde aquí instamos a las autoridades del lugar que pongan remedio a esta situación, a pesar de que aquello sea una finca particular).

Algo de leyenda, y es que para algunos autores, “viene su origen de los romanos”; para otros, provienen “de unos caballeros godos que fueron señores de Aguilar de Campóo, en la provincia de Palencia, cuyo nombre tomaron por apellido”.





¡No trabajes tanto!

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