Ferrer, Aguiar.

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Ferrer

Francisco Piferrer recoge este apellido del que dice: “el origen del nombre Ferrer es tan antiguo como la guerra, la cual es a su vez casi tan antigua como el hombre.

“Ar, har, far, er, her y fer” fueron los primeros sonidos con que los hombres designaron la guerra, y dieron después por extensión estos mismos nombres al hierro, por ser generalmente de este metal las primeras armas de guerra. De estas voces primitivas, particularmente de la modificación ‘fer’, se formó la palabra latina ‘ferrum’, y de esta la lemosina ‘ferro’ y su derivada Ferrer, nombre que llevan por apellido innumerables linajes”.

Es de mucha antigüedad en Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares. Pero también en Francia, Italia, Inglaterra y otros países.

Mosén Jaime Febrer, en sus “Trovas”, cita a los dos caballeros Ferrer más antiguos que conocemos. El primero se llamaba Bernardo Ferrer, descendía de los condes de Barbia, en la Gran Bretaña, y vino a tomar parte en la conquista de Valencia con su hermano, un hijo y gente inglesa. Sirvieron al rey don Jaime I de Aragón en el sitio de Valencia, remunerando este monarca los méritos de dicho Bernardo Ferrer con casas y pueblos que poseía el moro Ali-Boix.

Vicente Ferrer Moncho.

Del otro caballero inglés del apellido Ferrer, escribe: “Ausias Ferrer, milord de Escocia, vino a la conquista de Valencia. Estando sobre Játiva usó diferentes estratagemas contra los moros, por cuyo motivo se hicieron las capitulaciones del modo que ordenaron Ausias, Tobía y el gobernador”.

Vicente Ferrer Moncho (Barcelona, 1920 - Anantapur, India, 2009) fue un filántropo español, solidario con los desfavorecidos del tercer mundo. Ha desarrollado su actividad principalmente en la India, donde llegó en 1952 como misionero jesuita.





Aguiar

Del lugar de su nombre, a tres leguas de Lugo, hacia Mondoñedo. El primitivo linaje de los Aguiar tiene el mismo origen que el de Aguilar porque el tronco de ambos fue el caballero mozárabe de Toledo llamado Men Gómez Ibáñez, el que tuvo un hijo, el conde  Beda Bello “el Viejo”, que pasó a Portugal, sirviendo al conde Enrique, el que en premio a sus servicios, le dio el señorío de Aguiar en tierras lusitanas; sus nietos pasaron a Galicia, fundando la casa solariega en el lugar que desde entonces fue conocido por San Lorenzo de Aguiar. Otras ramas se extendieron por Asturias y León. Estableciéndose una de las ramas en Abres (Asturias).

En los libros salmantinos se puede leer: "Franciscus de Aguiar, naturalis ex oppido de Roa, Oxomensis diocesis". Entonces en Roa nació este ilustre catedrático vallisoletano y en ese mismo lugar debió nacer su hermano Diego, eminente letrado. Entre 1570-1573 casó con Juana Enríquez y fueron padres de Juan, Luis, Francisco, Cristóbal, Isabel, María, Feliciana, Magdalena y Juana.

Francisco Aguiar y Seijas, arzobispo de Méjico

Uno de sus solares primitivos se encontraba en el castillo de Penadreda, jurisdicción de la feligresía de San Mamed de Momán en el municipio de Cospeiro (Lugo), fortaleza arrasada durante la sublevación de los irmandiños gallegos en el año 1476.

Francisco de Aguiar y Seijas y Ulloa fue un eclesiástico católico español, (Betanzos, La Coruña, 1632 - Ciudad de México, 14 de agosto de 1698. Fue obispo de Michoacán y arzobispo de la Nueva España.

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